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25 Jul 2023

Alza abrupta de tipos, malos tiempos para la deuda

Alza abrupta de tipos malos tiempos para la deuda

Fernando Favata, CEO de SAMMY FREE, ha participado en la revista número 17 de AGERS, que lleva el título de “Policrisis”. En el artículo nos aporta su visión sobre los retos a los que se han enfrentado los últimos años las empresas, haciendo hincapié en el incremento vertiginoso de la deuda pública en sólo 15 años, cuestión que parece de la que no se quiere hablar… Siguiendo al Premio Nobel Camilo José Cela que nos decía “Cuando las deudas no se pagan porque no se puede, lo mejor es no hablar de ellas y barajar”, esperemos no acabar “barajando”.

Os dejamos el artículo para que podáis leerlo tranquilamente:

Llevamos unos años enfrentándonos a situaciones inimaginables, cuando ya habíamos superado el duro mazazo de la crisis de 2008, hemos encadenado una pandemia a nivel mundial, una inflación galopante, un conflicto bélico, y el punto final, unas elecciones generales anticipadas que nadie “anticipaba”.

La pandemia nos obligó a tomar medidas excepcionales, la actividad mundial se paró, desplomándose el PIB, las autoridades monetarias junto con los gobiernos tuvieron que implementar políticas expansivas en liquidez y gasto público que sostuviesen en la medida de lo posible la economía.

Lo que parecía una situación de unos meses, se alargó unos años, y se complicó con los cuellos de botella en el comercio mundial, la guerra de Ucrania y una inflación desbocada, situaciones que no habíamos vivido nunca.

Esta montaña rusa nos ha hecho abrir los ojos y saber que nada es imposible y que de la noche a la mañana el escenario cambia, y uno de esos escenarios que no imaginábamos es la imparable subida de tipos sin precedentes por parte del Banco Central Europeo junto con otros bancos centrales como la FED.

Escala vertiginosa de tipos significa malos tiempos para la deuda, a la que le unimos la disminución de liquidez en el sistema, por primera vez el agregado M1 sufre la primera caída de toda la serie histórica de la UE y hay opiniones que dicen que éste agregado es un indicador adelantado de la actividad económica, aviso a navegantes ¿se avecina recesión? Alemania ya lo está evidenciando.

Sabemos que el BCE no sólo está implementando subida de tipos para frenar la inflación, sino que también ha empezado a rebajar su cartera de deuda pública y corporativa, además, se irán amortizando los préstamos que facilitó a la banca, es decir, se eliminará más liquidez todavía.

¡Cómo cambia la historia!, hace poco nos cobraban comisiones por tener liquidez en nuestras cuentas. Los bancos centrales se han alineado con el firme propósito de poner freno a la inflación, lo que no sabemos es las consecuencias a las que nos puede llevar esta senda, porque, aunque aparentemente no hay una tensión crítica del crédito o liquidez, lo cierto es que hoy es más caro mantener una deuda o endeudarse, y hoy es más difícil crecer, ¿se está subestimando el impacto de las subidas de tipos? Poniendo la balanza “parar inflación / incentivar crecimiento”, gana la política de stop a la inflación a través del freno al consumo, a pesar de que la inflación actual es una inflación de oferta, no de demanda.

Y aunque la deuda privada de momento está bajo control la pregunta es, ¿y la deuda pública?

De 2007 a 2022 la deuda pública en España ha pasado del 35,80 % respecto al PIB al nada despreciable 113,20 %, lo que supone una deuda per cápita de 31.556 € ¿realmente somos conscientes? ¿ya nadie habla de la deuda pública?

Las autoridades europeas lo están marcando, hay que gestionar muy bien la política fiscal, hay que eliminar las medidas excepcionales de gasto público adoptadas por los gobiernos para mitigar la inflación y hay que reducir claramente el déficit público, la barra libre se ha acabado.

Sin un BCE que nos compre la deuda, sin una política clara de reducción del déficit público y con los tipos en alza, ¿seremos capaces de atraer el capital privado necesario que compre nuestra deuda pública? Estaremos atentos a la prima de riesgo.

Es una evidencia que la renta disponible de los consumidores ha bajado, inflación y subida de hipotecas la han mermado y los depósitos que se acumularon en la pandemia se han rebajado notablemente. El frenazo del consumo está servido y con él la posibilidad de recesión y con ella la dificultad de financiación.

Es urgente que seamos conscientes más que nunca que es muy importante hacer una política fiscal creíble, responsable y solvente, porque se avecinan tensiones, ojalá el gobierno que salga elegido lo tenga claro. Se convierte en factor clave no erosionar la confianza de los inversionistas y los mercados financieros para mantener nuestra calificación crediticia como país, condición que no sólo afecta a las cuentas públicas, el rating del país también puede afectar al rating de las empresas.

Una alta deuda pública hace a un país más vulnerable a las crisis financieras y económicas, en caso de recesiones económicas o cambios repentinos en las condiciones financieras globales, los países con altos niveles de deuda pública pueden enfrentarse a dificultades para financiar su deuda y llegar a una crisis de confianza. No tener margen fiscal puede obstaculizar la capacidad de realizar inversiones públicas necesarias para estimular el crecimiento económico y reducir la desigualdad en momentos de crisis.

Por tanto, tema serio que todos deberíamos hacer nuestro, hablar sobre cómo poder reducir la deuda pública para no perder la credibilidad y acabar, sólo “barajando”, como definía el Premio Nobel Camilo José Cela a las deudas imposibles de pagar: “Cuando las deudas no se pagan porque no se puede, lo mejor es no hablar de ellas y barajar”.

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