Un análisis sobre la incidencia de los precios negativos en el mercado eléctrico y las estrategias para la adaptación del sector.
En un giro sorpresivo para el mercado energético europeo, especialmente en España, los precios negativos en el mercado eléctrico mayorista se han convertido en una constante durante abril, marcando un récord en la historia del sector. Este fenómeno, que podría parecer beneficioso a primera vista para los consumidores, plantea desafíos significativos y estratégicos para los operadores y generadores de energía.
Parece impensable esta situación, el mes de abril ha tenido una media de 13,67 €/MWh cuando hace un año en 2023 la media fue 73,73 €/MWh y en 2022 alcanzó el pico de 191,52 €/MWh.
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Es evidente que el cambio en el sector es profundo, se está produciendo un cambio estructural en el sistema energético y un incremento de la eficiencia.
Desde el comienzo de abril, el mercado eléctrico ha experimentado días con precios negativos durante un número sin precedentes de horas. Según datos del Operador del Mercado Ibérico de Energía (OMIE), casi la mitad del tiempo, los precios oscilaron entre cero y negativos, una situación que combina una demanda que todavía no se ha recuperado y una alta oferta por el alto rendimiento de las fuentes renovables como la hidroeléctrica, la eólica y la solar.
Aunque los precios negativos reducen los costes para los consumidores, pueden generar problemas para los productores, especialmente los que dependen de fuentes con costos operativos más altos.
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Será determinante para las empresas generadoras de energía renovable si han hecho bien los deberes y tienen una buena planificación para no verse afectados por esta situación pues sabemos que este sector es de largo plazo, una carrera de fondo.
Lo que estamos viendo, actualmente, es que la oferta no se para y sigue vertiendo energía, aunque los precios estén en negativo y la demanda no sube. ¿Quiere esto decir que hay un exceso de oferta? Las inversiones en instalaciones de energía renovable están en desarrollo, no es un tipo de industria que pueda pararse en seco, es lenta, no se consigue una instalación en el corto plazo, y se va a incorporar al parque energético más energía renovable en los próximos años y entonces ¿qué va a pasar con tanta energía sobrante?
España tiene una oportunidad de posicionarse como generador de energía a buen precio por debajo de nuestros competidores europeos y esta situación bien planificada puede ser lo que necesitamos en España para cambiar de modelo productivo basado en el sector servicios (turismo) a otro más compensado con el sector industrial, que genera empleo estable y más cualificado.
El incremento inesperado de energía hidráulica ha sido una sorpresa que ha descolocado dentro del mix de generación de energía y también parece que está haciendo efecto todo lo invertido en autoconsumo tanto por empresas como particulares y la concienciación de tener que implementar ahorro energético, nos hemos vuelto mucho más conscientes de la necesidad de ahorrar.
En respuesta, expertos sugieren que las empresas deben diversificar sus fuentes de ingresos, mejorar la eficiencia operativa y aumentar la flexibilidad en sus operaciones para manejar la volatilidad de los precios.
En una reciente mesa redonda en el videopodcast de El Periódico de la Energía, Javier Revuelta de AFRY, junto a otros expertos, discutió las implicaciones a largo plazo de este fenómeno y las estrategias necesarias para adaptarse a este nuevo entorno energético. Revuelta enfatizó la necesidad de integrar soluciones de almacenamiento de energía, punto crucial y la participación en mercados de servicios de ajuste y balance y apostando que se siga invirtiendo en energía renovable.
Otro punto crucial es la red de distribución que es parte fundamental de todo el sistema de electricidad, recientemente el consejero delegado de Endesa, José Bogas pidió una “mejora y actualización” de su regulación ya que ha advertido que los “cuellos de botella” en la red eléctrica han impedido conectar a la compañía en los últimos cuatro años un total de 15 gigavatios (GW) de demanda, este dato por lo que respecta a Endesa, si lo trasladamos a nivel nacional podríamos estar hablando de 30 GW, esto significa un montón de gigavatios de demanda perdidos que suponen oportunidades desaprovechadas de crecimiento económico, inversiones en centros de datos, nuevas industrias, puntos de recarga o ampliación de las instalaciones industriales actuales.
Mientras Europa avanza hacia un futuro más sostenible, la continua observación y adaptación serán cruciales para todos los actores del sector energético. Los precios negativos son un indicador de las profundas transformaciones del mercado, ofreciendo desafíos y oportunidades para innovar y desarrollar nuevas tecnologías y modelos de negocio.
Contenido de interés: Garantía de desmantelamiento en energías renovables
El sector se enfrenta a una transformación que requiere una adaptación rápida y eficiente. Es esencial que las políticas públicas y las estrategias corporativas se alineen para garantizar la estabilidad y la sostenibilidad del mercado energético en este nuevo paradigma y lo ideal sería que los dos partidos políticos mayoritarios de este país lo tuviesen claro y cooperasen, pues nos va en ello el crecimiento sostenido y equilibrado del país.
La adaptación a estos cambios no solo es necesaria para la viabilidad económica de las empresas del sector, sino también crucial para alcanzar los objetivos de sostenibilidad y reducción de emisiones de carbono a largo plazo.
Es un camino lleno de retos que nos puede ayudar a ser un país puntero.
